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domingo, 20 de mayo de 2012

Amor, esperanza, sueños e ilusión.

¿Sientes eso? Son los latidos de mi corazón impactando contra mi pecho. No puedo evitar que pase esto cada vez que segundo que pienso en ti. Cada vez que tu nombre ronda por mi cabeza, cada vez que tus mechones castaños se reflejan en mis sueños. Cada noche, cada instante, siento la necesidad de tenerte entre mis brazos, de mirarte y acariciarte sin apenas decir nada, de saber que algún día, todos nuestros sueños se harán realidad. De saber que pase lo que pase siempre te tendré a mi lado para recibir esa simple mirada que encoge mi corazón, que me hace confiar más y más en ti.
Hoy me apetece volver a dormir, y ver en esos sueños, las cosas bonitas que nos pasarán mañana.

viernes, 18 de mayo de 2012

Un avión y dos paradas.

Sueñas con recorrer el mundo tantas veces como sea posible, con encontrar ese lugar que se te asemeja tanto a ti, pero mientras, aquí estás, sentada, sin hacer nada, pensando; como mucho, en esos rincones tan remotos.
Sólo necesito que me des un avión y dos paradas para hacer de cada uno de esos rincones remotos, nuestros rincones preciados. Pasando momentos en ellos inigualables que se superarán con cada rincón nuevo que venga.
Pero en todo esto hay una norma: No puedes separarte de mi, en ningún instante del camino.

No todo sale siempre bien.

Mi corazón se acelera, dejándose llevar por la rabia que llevo dentro. Mis músculos se comprimen, queriendo descargarse contra algo o alguien. Mi mirada se nubla, llenándose de lágrimas y mi respiración se acelera, ocupando este vacío que llena la sala.
Escucho voces a mi alrededor que me dicen que ya es suficiente, que no tengo que seguir, pero mi corazón me grita por dentro mucho más fuerte que esas voces que inundan mis oídos, haciéndome más y más fuerte cada vez.
                                      Encontrando el sentido a cosas que difícilmente lo tienen.

Como sólo tú sabes hacer.

Hoy de nuevo mi corazón ha vuelto a sentir ese vuelco hacia el lado malo, 
esa presión fuerte en el pecho, al ver las lágrimas recorrer tu mejilla. 
Esas que sólo quiero ver en momentos felices, y no como los de hoy, 
que ni si quiera sabía la razón.
Abrázame. Dime que no es nada, que si estoy a tu lado todo está bien.
 Pero hazlo. Coge mi mano. Apriétala. Y sonríeme como sólo tú sabes hacer.

Lleno mi vida de valor.

A veces no me resulta para nada fácil quitarme mi vergüenza ante ti. No es fácil quitarme la camisa y dejar al descubierto mi piel. No lo es dejar que recorras con la mirada mi pecho o las verdades que esconde mi ombligo. Hay ratos en los que es más sencillo que otros. Ojalá mañana sigas conquistando mis rincones. Son tuyos.