Pocos
van a ser valientes y leer esto, pero…
No es sólo un dolor, son muchos dolores unidos, que
forman una bola de depresión.
Adolescencia, todos hablan de ella, los niños la
desconocen, los adolescentes la desperdiciamos y los adultos la extrañan. Pero,
¿quién nos entiende? si ni nosotros mismos nos entendemos. Buscamos amor, pero
luego sufrimos. Nos ilusionamos, pero nos desilusionamos enseguida. Juzgamos,
criticamos pero no superamos. Seguimos modas, para sentirnos mejor. A veces
todo es blanco, luego es negro. Deseamos tener un físico en vez de un talento.
Queremos todo sin tener que hacer nada.
¿Quién sabe lo que nos pasa por la cabeza? ¿Quién entiende
lo que es enamorarse de un idiota? ¿Quién sufre por amor, por familia, por
estudios y aún así tiene una sonrisa dibujada? ¿Quién tiene cambios en el
cuerpo, quién se siente inferior, quién se siente marginado, quién sabe lo que
es caerse una, y otra, y otra vez? ¿Quién tiene que soportar el mal humor de
los profesores, que descargan sus problemas en las clases?¿quién empieza a
tener responsabilidades, empezar a crear un futuro, caer en la triste realidad
de que no existen los espías súper secretos de las películas ni las princesas,
que tienes que llegar más lejos sin decepcionar a sus padres?
Dime quiénes somos los que tenemos toda esa
presión, la que ningún adulto entiende, esos que dicen que ya pasaron por
nuestra edad, pero no entienden que no es como antes. Para ellos sólo
nos emborrachamos, nos drogamos y somos vagos.
¿Dolor? Todos lo sentimos. Pero el peor dolor es la decepción, es la
desilusión, es caer en la realidad. Es saber que si te duermes en el sofá, te
levantas ahí. Si no vistes bien, das asco. Si sigues tu sueño se ríen de ti. Si
no tienes móvil, no existes. Si piensas distinto, te marginan.
No es fácil ser adolescente, pero es el
aprendizaje mas grande que vamos a tener en nuestras vidas. Son las
experiencias que vamos a contarle a nuestros hijos y nietos. Son las cosas que
marcan y quedan para siempre, y sólo se viven una vez.
Una caída es una lección, y de eso se trata
la adolescencia, de caerse y reírse, porque te puedes levantar y sabes que no
será la primera ni la última caída.
Es ahora o nunca.