A veces no me resulta para nada fácil quitarme mi vergüenza ante ti. No es fácil quitarme la camisa y dejar al descubierto mi piel. No lo es dejar que recorras con la mirada mi pecho o
las verdades que esconde mi ombligo. Hay ratos en los que es más sencillo que otros. Ojalá mañana sigas conquistando mis rincones. Son tuyos.
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