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viernes, 6 de abril de 2012

Un día cualquiera.

Abrió ligeramente el ojo derecho, justamente cuando un pequeño haz de luz acariciaba lentamente su piel. Tan pronto como pudo, giró la cabeza hacia los lados en busca de ella. Pero no estaba ahí. Sentía completamente su ausencia. Volvió a cerrar los ojos, dejando que su imaginación escapara de su cuerpo. Segundos después inspiró profundamente, notando como el aroma de ella impregnaba toda la habitación. Rápidamente abrió los ojos, pero seguía sin aparecer. Terminó por volver a cerrarlos dormir, soñar e imaginar, así estará siempre a su lado. 

                                            Sólo la necesita a su lado, cada segundo.

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