Eso que ya no es ni está

A veces me invade la nostalgia, entonces recorro las calles por las que caminamos tantas veces. Me paro en la esquina esperando verte a lo lejos con tu característica sonrisa y si cierro los ojos puedo percibir tu aroma. De repente me sorprendo acariciando la palma de mi mano, queriendo sentir tus dedos entre los míos y si agudizo mi oído juro que oigo tu voz. Me escucho preguntándote: ¿Qué tal te fue el día?
Un parpadeo me vuelve a la realidad y contemplo como nuestro parque está empapado de lluvia. Nuestra esquina se ha quedado vacía. Las calles que transitamos las recorren ahora nuevas parejas de enamorados contemplándose con el mismo amor con el que solíamos mirarnos tú y yo. Subo al coche y me alejo, dejando atrás vivencias, recuerdos, aromas, sonidos y sensaciones. 

Me alejo de nuestro pequeño universo, me alejo a toda velocidad y subo el volumen a nuestra canción.