Hay una guerra en la punta de su lengua, mi corazón
soldado quiere refugiarse en la humedad de su garganta y mis suspiros se
apagan en el frío de sus pulmones. Fui reclutada para su ejército en un
sueño. Las batallas se libran en mi propia piel. Me lanza besos misiles
y siento la tentación de rendirme. No se puede ganar una guerra cuando
es en contra de lo que sentimos, pero no me queda otra opción que
intentarlo.
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