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viernes, 19 de diciembre de 2014

No se puede ganar una guerra cuando es en contra de lo que sentimos.

Hay una guerra en la punta de su lengua, mi corazón soldado quiere refugiarse en la humedad de su garganta y mis suspiros se apagan en el frío de sus pulmones. Fui reclutada para su ejército en un sueño. Las batallas se libran en mi propia piel. Me lanza besos misiles y siento la tentación de rendirme. No se puede ganar una guerra cuando es en contra de lo que sentimos, pero no me queda otra opción que intentarlo.

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